EUROPA
PRESS
10 abril
2018
¿Qué
es un angioma?, ¿se puede eliminar?
Un angioma es una lesión superficial de
color rojizo que también se conoce como hemangioma. El angioma está formado por
pequeños vasos sanguíneos agrupados en una especie de corporación. Pueden
aparecer en cualquier zona de la superficie de la piel, (en la boca, nariz,
vagina o ano) y más raramente pueden afectar a otras partes del cuerpo.
Su tamaño puede variar desde pequeño hasta lesiones que
cubren toda la pierna o el brazo. Los angiomas pueden aparecer hasta en un 8%
de los niños durante el primer año de vida, pero solamente en un 1% cuando
cumplen el segundo año. Como la mayor parte de los angiomas desaparecen
espontáneamente, suelen ser raros en los adultos.
Según explica la doctora Ana María Téllez, se desconoce su
causa aunque se suele achacar a un defecto de los vasos sanguíneos, que no se
desarrollan normalmente. Así, se dividen en cuatro tipo: senil, en araña,
angioma fresa o tuberoso y angioma cavernoso.
1.
El angioma senil también se denomina "en guinda", es de
color rojo brillante y suele presentarse en el tronco más que en otras partes
del cuerpo. Es frecuente en personas mayores de 45 años.
2.
El angioma en araña que se caracteriza por un punto rojo central
que se eleva de la superficie de la piel, del tamaño de la cabeza de un
alfiler, a partir del cual se irradian pequeños vasos sanguíneos que dan la
impresión de tela de araña color violeta. Se relaciona con sobreproducción de
estrógenos, por lo que resulta más común en mujeres.
3.
El angioma cavernoso es el más profundo. Los vasos que lo
conforman están integrados en una especie de corporación bajo la piel y le
confieren un aspecto azulado. Sus márgenes están indefinidos. Los angiomas
cavernosos pueden variar mucho de tamaño, pero en general no superan los 6 cm.
El angioma cavernoso también tiene un período de crecimiento, uno de
estabilización y otro de regresión, pero la regresión, en este caso, puede
suponer un problema dermoestético hasta el punto de
plantear la posibilidad de la incorporación de un tratamiento quirúrgico al
proceso.
4.
Los angioma fresa están más elevados que la piel que los rodea.
Suelen medir entre 2 y 5 cm de diámetro, aunque a veces pueden ser más grandes.
Durante los primeros meses de vida del bebé pueden crecer lentamente. Tras este
período de crecimiento se sucede otro de estabilización y posteriormente se
produce una regresión espontánea. Esta regresión suele ser bastante lenta.
Después de la regresión la lesión apenas se nota. La regresión de los angiomas
se da, aproximadamente, en un 50% a la edad de cinco años, y en un 70% a los
siete años.
Por otro lado, la especialista en medicina estética destaca
las malformaciones vasculares, que incluyen el nevus flameus
o mancha salmón y la mancha en vino de Oporto. La mayoría son capilares. Otras
son arteriales, venosas, arterio-venosas y
linfáticas. Son benignas. No invaden otros tejidos ni malignizan.
Para su tratamiento, Téllez recomienda su nuevo láser de
varices y arañas que, "debido a su alta eficacia, hace desaparecer en una
o dos sesiones ese angioma que afea cualquier rostro, cuello, escote o zona
corporal que por su culpa no te atrevías a enseñar".
El tratamiento láser se dirige al capilar venoso
seleccionado para que se aumente la temperatura de la sangre, que en milésimas
de segundo se coagula y provoca que el tumor se desvanezca. Esta técnica
corrige la lesión vascular y no afecta a tejidos y estructuras cercanos, por lo
cual es recomendada incluso en niños.